Es más seguro invertir en EEUU que en la 'Desunión' europea


La bolsa americana va camino de cerrar el año con una acumulación de casi medio centenar de máximos históricos. La pregunta que se hace el inversor es si el próximo año todavía queda fuelle para más alegrías.

En este sentido ya se escuchan voces alertando de un cataclismo. El propio Marc Faber, inversor y autor del Gloom, Boom & Doom Report -y una autoridad en sentencias catastrofistas en mercado-, aseguraba en una reciente entrevista a elEconomista que "la próxima corrección bursátil será de al menos un 30 por ciento". El consejo editorial de Inversión a Fondo se ha planteado si la bolsa estadounidense todavía debe tener el peso que le corresponde en cartera a tenor de que las bolsas europeas -no la española- se encuentran más baratas si se mira sus multiplicadores de beneficios. La conclusión es clara. En la bolsa americana todavía quedan máximos que explorar. Por los beneficios del principal índice estadounidense se están pagando hoy 16 de años de ganancias. Esta ratio supone pagar un 15 por ciento más que en la última década. Un porcentaje exigente, pero no descabellado, a tenor de la situación económica de la primera economía mundial. Estados Unidos crece de forma saludable y ha conseguido retirar los estímulos monetarios a la economía de forma gradual sin que se produzca un deterioro de la recuperación. La bolsa americana está más cara que la europea. Pero el escenario en este lado del Atlántico es radicalmente diferente. La recuperación es muy débil, nos encaminamos a años de pobres crecimientos salpicados de instantes de deflación, y el consenso para adoptar medidas de estímulo monetarias no convencionales no es unánime. Alemania ha dicho en reiteradas ocasiones que no es partidaria de la compra de bonos públicos como ha insinuado Mario Draghi.

Con esta división la inversión en la Desunión Europea es más barata en términos de PER -número de veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción- que en Estados Unidos, pero más arriesgada. Además, Wall Street cuenta con un aditivo adicional para el medio plazo: el dólar. Es casi tirar a balón parado. El consenso entre los expertos es casi unidireccional, ya que considera que el billete verde se apreciará frente a la divisa comunitaria. Y lo hará con fuerza. Goldman, por ejemplo, estima que la paridad se alcanzará en 2017. Un colchón de reserva que supondría casi un 25 por ciento adicional de rentabilidad a tres años.


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