Milton Friedmnan (Nueva York, 1912 – San Francisco, 2006) Economista estadounidense. Junto a Henry Simons y F. A. Von Hayek, es el principal representante de la llamada Escuela de Chicago, grupo de economistas que considera que los mercados competitivos libres de la intervención del Estado contribuyen a que el funcionamiento de la economía sea más eficiente.
Considerado uno de los más grandes economistas de su época, recibió multitud de honores, incluido el Premio Nobel de Economía (1976). Sus postulados fueron la base de las políticas neoliberales que se establecieron en algunos países en la década de 1980: fueron adoptados por el Gobierno chileno del general Pinochet y, aunque sin llegar a abandonar del todo la asistencia social, por el Gobierno Reagan en EE.UU. y por el de Margaret Thatcher en el Reino Unido. De hecho, en las ideas de Friedman y, en general, de la Escuela de Chicago, se halla el fundamento teórico del denominado neoliberalismoactual.
Las ideas económicas de Friedman
La política económica que los gobiernos occidentales aplicaban al terminar la Segunda Guerra Mundial seguía los criterios de los economistas de la escuela keynesiana: el Estado dirige la economía, y de hecho se convierte en uno de los principales inversores, para asegurar a la población unos bienes mínimos que permitan mantener un elevado ritmo de consumo, de forma que éste anime la producción, con lo cual el crecimiento económico debería ser continuo y se prevendrían las grandes recesiones. Friedman criticó estas teorías y consideró que su aplicación en Estados Unidos terminaría con el llamado sueño americano.
A diferencia del keynesianismo, las teorías económicas de la Escuela de Chicago, o Escuela Neocuantitativa, se basaban en la reivindicación del liberalismo neoclásico de Adam Smith. Sostenían que el mercado es la única fuente de riqueza. Los beneficios de las empresas serían los únicos generadores del crecimiento económico, que, según ellos, se produciría sólo cuando el mercado pudiese funcionar con total libertad. Desde este punto de vista, el Estado no sólo debería dejar de ejercer un papel principal como inversor, sino que debería animar a los particulares a invertir, para lo cual debería rebajar los impuestos, pues éstos retraen la inversión y disminuyen los beneficios.
Friedman criticó el gran tamaño adquirido por el sector público en los países occidentales, denunciando la distorsión que la intervención estatal introduce en el funcionamiento de los mercados. Propuso desmontar el Estado de bienestar y dejar que actúen libremente las leyes de la oferta y la demanda, volviendo a la pureza original del sistema que definiera Adam Smith. Recuperando viejas ideas, actualizó la teoría cuantitativa de la moneda, denunciando los efectos inflacionistas de las políticas expansivas keynesianas. Sin embargo, defendió al mismo tiempo medidas de protección contra la pobreza, como un impuesto sobre la renta con tramos negativos para los ciudadanos de menores ingresos.
La principal novedad que aportó la llamada Escuela de Chicago radicó en la importancia que daba a la influencia de la masa monetaria en el crecimiento económico. Considerando la economía como una ciencia empírica, Milton Friedman y Anna Schwartz, en su libro Historia monetaria de los Estados Unidos, trataron de demostrar que la rápida expansión de la masa monetaria es la causa de la inflación, mientras que una brusca retención es la causa principal de las crisis más profundas. A partir de esta aportación se concluía que el papel del Estado en la economía debe limitarse al control de la masa monetaria en circulación.
Opinión Personal
Yo soy partidario de las ideas de Milton Friedman, al igual que las ideas de Keynes y Adam Smith. Es decir estás ideas teóricamente funcionan muy bien pero en la práctica son imposibles de realizar. La causa es LA CORRUPCIÓN DE LA CLASE POLÍTICA. Soy partidario de la libertad absoluta y para ello tendría que ser posible abrir un negocio inmediatamente, al igual que cerrarlo, contratar y despedir trabajadores. Un ejemplo lo podemos ver en internet, el exito de cirtas páginas webs es porque dan algo que el usuario quiere, pero nadie le obliga a visitarla o permanecer. La corrupción política inventaría miles de leyes para que al final hubiera muy pocas páginas webs, donde no tuviera capacidad de elección y muchos de los servicios gratuitos serían de pago.
El sistema que nos gobierna en los países occidentales es la DEMOCRACIA, que en mi opinión es el sistema menos malo. La clase política se guía por distintos intereses, en la que ciertas empresas y grupos de presión se dedican a sobornar de una u otra forma a la clase política para conseguir sus intereses.
¿Las ideas de Milton Friedman funcionarían en España? Si, pero no estamos preparados. La mentalidad del español es vivir bien, no calentarse la cabeza y que inventen otros. Se vive muy bien con la subvención y en empresas que no venden nada porque lo tienen fácil
Al final la idea que hay detrás del pensamiento de Milton Friedman, cuando se produce un aumento de la competencia las empresas no tienen capacidad para fijar el precio, porque al haber tantas el consumidor se beneficia. Con lo que se crea mucho empleo, y los salarios aumentan dado que al haber tanta libertad el trabajador se cambia de empresa en búsqueda de mejores condiciones.
¿Qué problemas tiene el sistema del Neoliberalismo? El sistema es muy cruel, porque al haber pocos impuestos el Estado no tiene capacidad de realizar políticas sociales, la sanidad es cara, la educación, y crea bastante población que vive en extrema pobreza. Este punto choca con el sistema actual, donde independientemente de tu esfuerzo recibes un subsidio del Estado y tienes educación y sanidad gratuita. Esto que parece fácil de entender pronto será insostenible por el envejecimiento de la población y el desempleo de España.
En mi opinión es necesario un sistema mixto, el Estado tiene que proveer sanidad y educación pero no tiene porque proporcionar otras cosas que son insostenibles (vivienda, ley de dependencia…) La mejor forma a empezar a cambiar España es reconocer que la situación es insostenible y la población tenga constancia del coste de los servicios que recibe gratuitamente.
Soy partidario del copago disuasorio, es decir pagar una cantidad para que solo usen un bien público aquellos que realmente lo necesiten. Por ejemplo pagar cinco euros por ir a urgencias de un hospital, o pagar un euro por ir al médico de cabecera.