El temor se extiende en las bolsas tras el anuncio de que Grecia ha creado una comisión especial para la retirada de efectivo. Según ciertas informaciones, el Gobierno de Syriza habría decretado un recargo a las transacciones financieras y a las retiradas de efectivo en un intento por detener la fuga de capitales de los bancos helenos y obtener liquidez ahora que el país, que se encuentra en un momento crítico de las negociaciones con sus acreedores, está al borde de la bancarrota. La noticia saltó esta mañana tras publicarla el diario financiero griego Capital.gr y fue desmentida posteriormente por el propio medio y por fuentes del Ministerio de Finanzas heleno.
En este contexto, la Bolsa de Atenas se ha dejado casi un 4% y ha contagiado al resto del Viejo Continente, que ve cómo la tendencia negativa de abril no ha desaparecido en mayo. El Dax ha caído un 2,4%, el Cac ha perdido un 2% y el Eurostoxx 50 ha bajado un 2,3%. Por su parte, el mercado español no ha podido celebrar que Bruselas le haya mejorado la previsión de crecimiento para este año al 2,8%. El Ibex 35 se ha dejado arrastrar por las dudas de Grecia y ha sido la peor de sus homólogas europeas. Ha perdido un 2,74%, hasta 11.115 puntos, su tercera mayor caída en el año.
La actual fuga de dinero de Grecia se enmarca en una tendencia que se remonta al año 2010. Desde el comienzo de la crisis, la liquidez en los bancos helenos ha descendido dramáticamente y los depósitos de las entidades marcan mes tras mes mínimos históricos. La noticia del supuesto recargo a la retirada de dinero coincide con la advertencia que lanzó este martes la Comisión Europea (CE), que aseguró que Grecia, con la deuda disparada, se desliza hacia la bancarrota. Además, la CE redujo a la quinta parte sus cifras iniciales para el crecimiento económico heleno en este año, para el que tan solo contempla ya un incremento del producto interior bruto (PIB) del 0,5%, en lugar del 2,5% previsto todavía en febrero pasado. Drásticas fueron también las modificaciones para la deuda (un 180,2% en lugar del 170,2% previsto), así como del déficit (de un superávit del 1,1% pasa a un déficit del 2,1%).
Asimismo, el anuncio se produce cuando el ministro de Finanzas Yanis Varufakis está inmerso en una gira europea en busca de liquidez, que le llevará por París y Bruselas -este martes-, Roma y Madrid, donde se reunirá el viernes con el ministro de Economía, Luis de Guindos. "Nadie quiere que Grecia salga del euro", dijo el titular de Economía durante su intervención en la Comisión de Economía y Competitividad del Congreso. Guindos declaró que se debe seguir negociando para alcanzar un acuerdo sobre la extensión del último rescate, pero añadió que "hay reglas" y que éstas "se tienen que cumplir". "Espero que por el bien de la sociedad helena y de Europa llegemos a una solución en los próximos días", zanjó.
La gira se enmarca en la serie de contactos que ha emprendido el Gobierno griego para recabar el apoyo de las instituciones con el objetivo de lograr una primera inyección de liquidez, primer paso en el camino hacia el desbloqueo completo de la ayuda financiera pendiente.
"Bajo estas circunstancias no habrá acuerdo"
Mientras, el Gobierno griego acusó hoy al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a la Comisión Europea (CE) de "impedir" el progreso de las negociaciones entre el país y sus acreedores a causa de las discrepancias entre ambos organismos. En un comunicado, el Ejecutivo de Syriza detalló que el FMI está dispuesto a negociar el superávit primario y una posible quita de la deuda, pero se muestra firme en exigir reformas en materia laboral y pensiones.
Por su parte, según Atenas, la CE se niega a negociar el superávit primario y la quita de la deuda, pero se muestra receptiva a considerar las propuestas del Ejecutivo heleno en legislación laboral y pensiones. El Gobierno liderado por Alexis Tsipras ha subrayado repetidamente que sus "líneas rojas" son restaurar -a medio plazo- el salario mínimo, no bajar las pensiones y restablecer los convenios colectivos. "Bajo estas circunstancias no es posible un acuerdo", sentenció el Gobierno, que añadió "la imposibilidad de un compromiso es responsabilidad exclusiva de las instituciones (acreedoras) y su incapacidad de conciliar sus posiciones" respecto a estos temas.
Este martes por la mañana, el ministro alemán Wolfgang Schäuble reconocía una cierta mejora en el clima en el que se producen las negociaciones entre Atenas y sus acreedores ahora que se cumplen cien días del Gobierno de Alexis Tsipras. No obstante, Schäuble dudó de que pueda alcanzarse un acuerdo en el Eurogrupo del próximo lunes. El ministro realizó estas declaraciones durante un encuentro con medios internacionales que giró inevitablemente en torno a los problemas de liquidez de Grecia y un posible "Grexit", la salida del país heleno de la eurozona. El ambiente de las reuniones es "más constructivo", dijo Schäuble, que consideró a la vez poco probable que se logren resultados para la reunión del lunes en Bruselas.
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