Lobo de Wall Street 2.0: el joven millonario que se hace de oro con las acciones basura
a revista Bloomberg Businessweek dedica esta semana su atención a Joshua Sason, un estadounidense de 27 años que se ha hecho de oro negociando con las conocidas como penny stocks. Estas acciones basura, cuyo precio debe operar por debajo de un dólar, permiten la financiación de muchas compañías en peligro de quiebra. Es en esta espiral donde este joven vio una oportunidad de negocio muy apetitosa.
Magna, la compañía financiera fundada por este autodidacta de padres israelíes y que él describe como "firma global de inversión", funciona como una casa de empeño para las penny stocks.
Según relata el autor del reportaje, Zeke Faux, el método consiste en prestar dinero a estas empresas, ávidas por captar capital, para porteriormente comprar sus acciones. Se trata de una operación barata, dado el precio de los títulos, y rentable debido a las condiciones que Sason negocia.
¿Cómo saca provecho de la situación el joven inversor? Josh Sason se hace con acciones de estas empresas, desesperadas financieramente y al borde de la quiebra, a precios con importantes descuentos tras concederles el préstamo.
El método
¿Y cómo lo lleva a cabo exactamente? En el acuerdo que sella con estas compañías en apuros se establece la posibilidad de convertir la deuda que contraen las empresas por acciones de las mismas. Además, en el pacto se determina también el descuento al que se traspasarán dichas acciones. De esta forma, independientemente del precio al que coticen los títulos, Sason siempre los obtiene a un importe inferior.
Es decir, si ofrece un crédito de 100.000 dólares a una compañía de la clase penny stock, pide a cambio que un porcentaje de esta cantidad sea convertible en acciones. De esta forma, además de asegurarse rentabilidad, limita el riesgo, "ya que mientras haya demanda para dichas acciones, Sason siempre sacará un suculento provecho al conseguir títulos descontados que luego vende a precio de mercado", explica el autor del reportaje Bloomberg TV.
Los expertos califican este tipo de operaciones como "espirales de la muerte" ya que suelen acabar hundiendo aún más el precio de la acción de las compañías en cuestión y motiva aún más a estos pequeños tiburones a seguir convirtiendo su línea de crédito en acciones descontadas para venderlas inmediatamente.
Hasta el momento, Magna ha firmado acuerdos con al menos 80 empresas, entre las que se encuentra una minera chilena, el inventor de un teléfono móvil controlado con la mente y las un par de directivos que han sido acusados de fraude. Y, desde 2012, ha invertido más de 200 millones de dólares en estas acciones basura.
Los inversores como Sason generan una rentabilidad que triplica o incluso llega a multiplicar por diez su inversión inicial en meses. Se trata de una práctica legal, pero cuenta con muchas lagunas, y de ahí que los bancos de inversión e incluso los fondos de cobertura rechacen participar en ellas.
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