El fin de los estímulos no acaba con el potencial del mercado americano


Ha sido el primer mercado en demostrar que no sólo se puede sobrevivir sin los programas de estímulo sino que además se pueden marcar máximos históricos. Su fortaleza económica y empresarial lleva a los expertos a tener a la bolsa americana entre sus grandes bazas para 2015.

Parecía que no pasaría nunca pero ya se sabe que nada dura para siempre. Ni siquiera los planes de estímulo que los bancos centrales pusieron en funcionamiento hace ya seis años. Se esperaba que EEUU fuera el primero en dejar esta droga dura que tan bien ha sentado al mercado en los últimos años -el hecho de que Wall Street no deje de encadenar máximo tras máximo no es casualidad- y así ha sido. Con Halloween llegó el fin del tercer quantitative easing (QE) y aunque el temor era que este punto y final de las medidas de estímulos- se han comprado cerca de 3,5 billones de dólares de deuda pública- supusiera un repunte en la rentabilidad del bono americano y un frenazo de Wall Street, la realidad ha sido bien distinta. En el mes de noviembre tanto el S&P500 como el Dow Jones han marcado nuevos máximos históricos y la rentabilidad del Tnote (10 años), lejos de subir, ha caído del 2,33 al 2,24 por ciento. ¿Qué quiere decir esto? Que el mercado ya tenía más que descontada la retirada de estímulos de la Fed y que vuelve a moverse como lo hacía antes de que estallara la crisis de las subprime, atendiendo a los datos macroeconómicos y empresariales. "Creemos que la atención de los inversores dejará de concentrarse en la política de la Fed y que serán los fundamentales los que pasen a un primer plano", afirma Steve Kolano, estratega de inversión en el grupo de soluciones y estrategia de inversión de BNY Mellon.

La economía es la clave
Y lo cierto es que esos fundamentales son de lo más positivo. Desde el punto de vista microeconómico, y con casi el 100 por cien de las empresas del S&P500 habiendo ya presentado sus cuentas, el 79 por ciento de ellas ha superado las estimaciones de los analistas según los datos de Bloomberg. Además, se espera que estas mismas compañías sigan mejorando sus cuentas de cara al próximo año ya que, según los datos de FactSet, se espera que aumenten de media sus beneficios un 8 por ciento en 2015 además de que suban sus dividendos un 15 por ciento pese a no ser EEUU un mercado que se haya caracterizado precisamente por dar buenos dividendos. Quizá esto explique que la mitad disfrute de un consejo de compra por parte de la banca de inversión.

La foto empresarial es positiva pero en la que realmente se está fijando en el mercado es en la macroeconómica, máxime teniendo en cuenta que es en la recuperación económica donde se ha apoyado Janet Yellen, la presidenta de la Fed, para justificar el cierre de la barra libre que inició su antecesor Ben Bernanke con la compra de deuda pública. Morgan Stanley lo tiene más que claro: "Si la expansión de la economía estadounidense acaba durando 4 o 5 años más creemos que el S&P 500 sería capaz de alcanzar un pico de 3.000 puntos", afirma el banco de inversión. No va mal encaminada. Los últimos datos de PIB muestran un aumento del 3,9 por ciento interanual en el tercer trimestre del año, la venta de viviendas en octubre subió un 1,5 por ciento lo que es el mejor dato desde septiembre de 2013, las pagas y salarios crecieron al ritmo más alto de los últimos 6 años en el segundo y tercer trimestre según los datos de la Oficina de Estadística de Empleo de EEUU recogidos por Legg Masson, por citar algunos datos positivos. Aunque también quedan tareas pendientes como ver un aumento de la inversión empresarial y sobre todo el tirón del consumo, que al fin y al cabo supone el 70 por ciento del PIB -los datos de ventas del Black Friday de ayer o el consumo navideño pueden ser grandes indicadores-. La buena noticia es que estas tareas pendientes no preocupan al mercado ya que implican que la subida de tipos puede retrasarse en el tiempo, máxime si la inflación sigue en niveles moderados -la última encuesta de Bank of America Merrril Lynch ya sitúa el alza en el tercer trimestre del año- lo que minimiza el gran riesgo al que se enfrenta Wall Street que haya una subida precipitada de los tipos de interés. "La mejora del empleo en EEUU pero sobre todo la caída de los precios de la energía y el petróleo y los bajos tipos de interés afectan de manera positiva a la renta disponible de las personas. Esto es lo que moverá el verdadero crecimiento: que la gente se sienta positiva en lo que respecta a su economía personal y empiece a gastar e invertir", afirma Steven Andrew, gestor de M&G Income Allocation Fund.

El optimismo de los inversores parece por tanto justificado, sobre todo si la apreciación del dólar sigue guardando una correlación positiva con el crecimiento como ha sucedido en los últimos años. "EEUU es el sitio donde estar realmente positivo", afirmaba recientemente Keith Wade, economista de Schroders. Y Antonio Salido, director de marketing de Fidelity, puntualiza: "A medio/largo plazo es mejor estar en EEUU que en Europa. Su mercado seguirá siendo alcista aunque habrá mucha volatilidad".

Mejor bolsa que renta fija
Ese aumento de la volatilidad no oculta que, más en un contexto de tipos de interés cero y al menos en EEUU sin riesgo de deflación en el frente, el activo donde estar seguirá siendo la bolsa. De hecho, la fiebre por invertir en el mercado americano explica la gran acogida que han teniendo las salidas bursátiles que se han producido en ese país, con Alibaba a la cabeza -ver página 38-. "El particular americano se había perdido el rally y ahora está volviendo a bolsa y de ahí los debuts tan caros que se están produciendo", asegura Víctor Alvargonzález, director de inversiones de Tressis. Esto se ve en que, según publica el Wall Street Journal, el precio medio de salida a bolsas ha sido en 2014 de 8,2 veces sus ventas del año previo frente a un ratio de 3,6 veces de los 12 años previos.

De esta vuelta de los inversores americanos se beneficiarán "todos los fondos de bolsa americana, que también se verán beneficiados por el crecimiento americano", afirma Ana Hernández, responsable de CFA Spain. Máxime si quien contrata estos fondos lo hace sin cubrir la divisa ya que, teniendo en cuenta que se cumplan las perspectivas de todos los analistas que apuntan a más subidas del dólar en su cruce con el euro, el partícipe del fondo obtendría una doble vía de rentabilidad, la de la bolsa en sí y la de la divisa. Algunas opciones de sacar partido a este tirón son fondos como Legg Mason Opportunity A Acc $ o Legg Mason CB US Agrsv Growth A Acc(G)$, con cinco estrellas Morningstar. El primero, además,obtiene a tres años una rentabilidad anualizada del 44 por ciento, el doble que el segundo del ranking y pese a ser de renta variable ofrecen comisiones competitivas inferiores en ambos casos al 2 por ciento.

La inversión en bolsa americana a través de fondos permite al inversor delegar en el gestor la selección de valores pero si es uno de esos inversores que prefiere ser su propio gestor, ha de saber que los sectores que mejor pueden comportarse de cara a 2015 son el tecnológico, el de salud, el biotecnológico y aquellas empresas que tengan relación, ya sea directa o indirectamente con la revolución energética que está provocando el shale gas -muchas de las empresas con mejor recomendación de compra y previsión de mejora de beneficios pertenecen a alguno de estos sectores-.

Además, también defienden el potencial de compañías que estén primando a sus accionistas, ya sea vía buy backs o recompra de acciones o vía reparto de dividendos, un denominador común en muchas empresas que cotizan en Wall Street. Así, se calcula que gasten 914.000 millones de dólares, el 95 por ciento de sus ingresos aproximadamente en estas recompras de acciones y dividendos, según los datos recogidos por Bloomberg.

Eso en bolsa pero ¿y en renta fija? Nada o muy poco que rascar. Ni en deuda pública donde lo previsible es que los tipos de interés se muevan al alza, ni en deuda corporativa ya que, según explica Fernando Luque, editor de Morningstar, "en EEUU el gran problema es el high yield sobre todo si hay subida de tipos ya que pueden tener muchos problemas de liquidez". La única excepción serían los fondos monetarios en dólares ya que aunque el potencial que se podría obtener por la vía de los activos de renta fija a muy corto plazo, donde invierten es cero no lo es el potencial que presentan por la vía divisa. De hecho, esto explica que en 2014 muchos de estos fondos ganan más de un 10 por ciento -ver gráfico- pese a que nos encontremos en un contexto de tipos de interés al 0 por ciento.


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