El cambio de calendario suele traer, entre otros muchos regalos, algún que otro tópico. Es muy conocido ése que dice que “año nuevo, vida nueva”. En bolsa, sin embargo, no siempre se cumple, y todo queda al compás que marque la tendencia del momento. Para 2017, al menos en este arranque de año, la tendencia es alcista y los vientos soplan a favor de la renta variable, ya sea por el efecto Trump, la sospechosa tranquilidad con los bancos europeos o la ausencia de obsesiones como China o el petróleo.
A priori pinta bien el ejercicio bursátil, amparado por el segundo mayor rally alcista de la historia de Wall Street que, encadenando máximos históricos cada dos por tres, está a punto de coronar la cifra mágica de los 20.000 puntos de Dow Jones. Pero no conviene bajar la guardia en un entorno marcado por la incertidumbre que puede traer la aprobada salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit), la gigantesca burbuja que se está gestando en el mundo de los bonos, la entrada en escena de la política económica de Trump y el proyectado fin del programa de compras de bonos (QE) del Banco Central Europeo (BCE) para el próximo diciembre.
No conviene, por ello, perder de vista una pista que, de cuando en cuando, nos suelen dar las bolsas para el devenir del año. Como se suele decir, una cosa es cómo algo empieza y otra es cómo acaba. Aunque la tendencia no está completamente definida, en algunas ocasiones lo que hacen los mercados la primera sesión del año tiene reflejo en la tendencia final del ejercicio. Para ello he estudiado lo que ha hecho el selectivo español Ibex-35 en los últimos veinte años. En el gráfico que acompaña este texto podéis comprobar cómo en trece ocasiones este índice ha replicado en el conjunto del ejercicio lo que ha hecho en la primera sesión del año. Puede ser casualidad o no, pero la tozudez de los datos refleja esta tendencia en el 65% de los casos, un porcentaje alto para lo que son las cosas de la bolsa. Para el optimismo de los inversores el selectivo español estrenó 2017 con una subida del 0,7%, un presagio que esperemos que se cumpla dentro de 364 días.
En el 65% de los casos la bolsa sube o baja en el año según cómo lo haga en su primera sesión del ejercicio”
Además, la potencia de esta tendencia se refleja también en el cariz que toman los acontecimientos al final de cada ejercicio. Dadas las características de la primera sesión del año, marcada habitualmente por el bajo volumen dominador de las fiestas navideñas, suele ser habitual que la bajada o la subida del primer día acabe agrandándose en el recuento final del ejercicio. Por ejemplo, el Ibex-35 se despertó en 2013 con un subidón del 3,42%, que se multiplicó hasta una remontada del 21% en el conjunto del año. O la caída del 1,19%, que inauguró 2008, se tradujo, en plena crisis de las hipotecas basura de Estados Unidos, en un desplome del 39% al acabar el ejercicio.
Una perspectiva un poco más amplia permite advertir a los inversores de la volatilidad que dominan los mercados en el estreno de cada año. Las estadísticas reflejan cómo en los últimos siete años el Ibex-35 ha cerrado con pérdidas en cuatro años en el balance de las cinco primeras sesiones del año. Sólo en 2016 perdió un 6,65% en este período, un mal presagio. Veremos este año cómo se desarrollan los acontecimientos y no nos tengamos que acordar de la frase mítica del legendario inversor estadounidense Warren Buffett: “sólo cuando baja la marea se sabe quién nadaba desnudo”.
Creo que este año puede subir el IBEX35 entre un 20% a un 30%. Gracias por el tema.