Acostumbrado en aquella época a bucear casi a diario en los balances y cuentas de resultados de los bancos, a escribir sobre guerras comerciales entre las entidades financieras a propósito de cuentas, hipotecas o depósitos, a vivir los primeros fogonazos de la entonces incipiente banca del euro, recuerdo el impacto que me produjo a principios de la pasada década la visita a lo que yo irónicamente le llamo las catacumbas del Banco de España, donde se ubica su cámara acorada. Pocos lo saben pero el subsuelo de la Plaza de Cibeles de Madrid esconde uno de los mayores tesoros de España, un tesoro que nunca pierde valor y que, por ello, suele llamarse el activo refugio por excelencia: el oro. La cámara acorazada del Banco de España, cuya imagen ilustramos en la portada de este blog, todavía guarda toneladas y toneladas del metal más precioso y más buscado en la historia de la Humanidad, y es por ello y por la impenetrabilidad de aquella cámara acorazada por lo que guardo gran recuerdo de aquella visita.
Según avanza 2017, a punto de agotar ya el primer trimestre, da la sensación de que los mercados, en especial los europeos, esconden su particular tesoro en medio de las ruinas bursátiles del sector bancario europeo, y ese tesoro cada vez brilla más. Ya sea por la cercanía del fin de las medidas extraordinarias del Banco Central Europeo (BCE), su famoso programa de flexibilización monetaria, que ha estrechado al máximo sus márgenes; ya sea por un cambio de rumbo y quizás subidas de tipos en el horizonte de 2018; ya sea por que han pedido más dinero a la institución monetaria en un claro apoyo a la economía real, la banca está siendo como esa mina de oro que todas las naciones buscaban en el siglo XVI.
Los bancos vuelven a estar en el radar de los inversores, están siendo los grandes animadores del ejercicio bursátil y de ellos dependerá el devenir de los mercados en los próximos meses. Aunque hay que tener en cuenta que este sector seguirá dando algún que otro disgusto, como la reciente ampliación de capital de 8.000 millones de euros anunciada por el gigante alemán Deutsche Bank.
Aunque en su conjunto la recuperación bursátil de la banca es una gran noticia para Europa, dado el gran peso que tiene este sector en los principales índices bursátiles del Viejo Continente, en especial en el Ibex-35. Nuestro selectivo español, bien acomodado en la zona de los 10.000 puntos, tiene a Santander y BBVA como un tiro, un pelotón de Sabadell, CaixaBank y Bankinter que le sigue a buen ritmo, y Popular y Bankia que mantienen el tipo. Si a eso le sumamos el apoyo de Telefónica, Repsol e Inditex, nos encontramos a un Ibex-35 camino de la formidable resistencia de los 10.450 puntos que ya le frenó en noviembre de 2015. Ahí nos jugamos estar o no en los 11.000 puntos en los próximos meses, siempre que lo permita Wall Street.
Al otro lado del Atlántico los inversores ya dieron un ligero susto en la sesión del pasado martes con su primer mal día desde las lejanas elecciones estadounidenses del 8 de noviembre que encumbraron a Donald Trump a la Casa Blanca. El descenso del 1,14% del S&P 500 rompió la octava mayor racha de la historia en la que este índice no caía más del 1%. Pese a todo, los inversores siguen aferrados a la fe que representa Trump para la economía estadounidense, haya o no haya planes concretos sobre sus promesas electorales. Aunque habrá que ver esta próxima semana cómo se toman los inversores que el polémico presidente de Estados Unidos haya sido incapaz de sacar adelante una de sus grandes promesas electorales, la ley sanitaria.
Las manos fuertes empiezan a dar la cara y se han puesto ligeramente vendedoras en Wall Street
En este entorno llamo la atención sobre dos cuestiones. Las llamadas manos fuertes, aquellos inversores institucionales que mueven el mercado, han abandonado la atonía inversora y se han pasado a ligeramente vendedores. Es un dato a tener en cuenta para las próximas semanas, y aún más ahora que el VIX, el llamado índice del miedo y que refleja la volatilidad del mercado, cerraba este pasado jueves en su nivel más alto de este año. Conviene tener presente estos destellos de incertidumbre para ser más cautos que nunca. Buen fin de semana.
